El alumnado de 3º ESO (Economía Social) y de 1ª BACH. (Economía) hemos tenido la oportunidad de conocer en profundidad la filosofía de la «comida lenta» a través de Carlos e Irene, la pareja que representa al movimiento Slow food (enlace: https://www. slowfood.com/es/) en Huesca. Este concepto se opone al de «comida rápida», que las personas consumidoras asocian únicamente a las cadenas multinacionales de hamburgueserías y pizzas. Sin embargo, la mayor parte de ‘fast food’ entra silenciosamente en nuestros hogares a través de las compras que hacemos en supermercados y grandes superficies de distribución, ya que sus lineales están copados de bebidas y alimentos ultraprocesados de baja calidad y sabores estándares producidos en factorías a miles de kilómetros.
El movimiento internacional del Slow food se fundó en Italia en 1986 y actualmente agrupa a una comunidad internacional que trabaja por defender la biodiversidad y la soberanía alimentaria, mediante la promoción una alimentación buena, limpia y justa para todas.
Durante la charla hemos conocido también las diferencias en el proceso productivo de la carne entre el modelo industrializado de las macrogranjas y la producción ecológica de kilómetro cero en la empresa de Quicena Cordero de Montearagón (enlace: https:// corderodemontearagon.com/).
En la granja de Irene y Carlos, a los pies del castillo de Montearagón, se cuida a un rebaño de corderos de raza autóctona «xisqueta» que se alimentan a campo abierto con hierba y legumbres 100% ecológicas y de cercanía. El proceso de cría es totalmente natural, sin técnicas de fecundación, y sin privar a los corderos de la compañía de su madre hasta el momento de destete natural. El pastoreo se realiza al aire libre de forma rotacional para cuidar las especies vegetales. Además, este tipo de alimentación supone una ventaja para la empresa ante los altos niveles de inflación, ya que su soberanía productiva les aísla de la dependencia que sufren las macrogranjas cuando ven subir los precios de los piensos. Por otra parte, ningún animal es vacunado preventivamente y sus tratamientos sanitarios son mínimamente invasivos como demuestran, por ejemplo, cuando emplean miel para curar las pequeñas heridas que se producen al realizar el esquilado.
De esta manera la ganadería ha conseguido recuperar la carne de «masito ecológico», un cordero de más de 8 meses de edad y castrado con más de 4 meses, que proporciona un alimento jugoso, tierno y especialmente sabroso. La venta se hace de forma directa al consumidor final o a través de la Carnicería Escuer de Huesca, aunque también se puede degustar ya cocinada en restaurantes especializados de la capital.
Carlos e Irene se despiden de nuestro instituto con dos citas famosas. La primera de Francisco de la Rochefoucauld: “Comer es una necesidad, pero comer de forma inteligente es un arte», y la segunda de Hipócrates de Cos: «Haz de tu alimentación tu mejor medicina». ¡Muchas gracias por vuestra charla!