En estos días somos más que nunca conscientes de la existencia del concepto humanidad. Todos los hombres son hermanos y ningún ser humano puede sernos extraño. La desgracia nos iguala a todos: amigos y desconocidos, blancos y negros, compatriotas y extranjeros, religiosos y ateos, hombres y mujeres. Todos somos Hermanos en la lucha contra el enemigo común».